Del pentagrama al bit: Música en videojuegos
Por Nerea González Mogeda
Antón Rodríguez es un actual alumno del Grado de Diseño y Desarrollo de Videojuegos en la URJC y desarrollador principal en el estudio Monodo. También es el ganador del premio Best Soundtrack Play Station Talents 2023 por la banda sonora de su juego Weefager.
La charla comenzó con una explicación de la importancia de la música en cualquier obra audiovisual, esta importancia fue ilustrada con el claro ejemplo del tráiler de la famosa película La Momia. Este tráiler se subió por error a YouTube sin música notándose claramente su falta.
El sonido es procesado en el cerebro por el córtex auditivo y el hipocampo, pero lo que nos diferencia a los humanos y hace que podamos sentir la música es la amígdala.
La amígdala se ve estimulada por los leitmotivs. Un leitmotiv es un fragmento de una melodía que se repite a lo largo de un soundtrack. El ejemplo más famoso que nos mostró Antón fue en el Undertale, más concretamente con el leitmotiv de los primeros 14 segundos de la canción principal del juego “Once Upon a Time”. Lo más característico y el elemento que se repite en otras melodías del juego es el salto de 8 notas que encontramos en los dos primeros compases.
Explicó también que él mismo había utilizado este recurso numerosas veces en Weefager. En este caso el utilizaba un leitmotiv de pregunta y otro de respuesta, es decir, dos leitmotivs que van seguidos uno de otro, para representar la monotonía de algunos personajes de su juego.
Se habló del famoso leitmotiv Dies irae cuyo nombre significa Dios de la ira y es sacado de un himno en latín del siglo XIII. Pertenece al poema del día del Juicio Final. Es utilizado en Star Wars para representar momentos trágicos, en la canción principal de El Resplandor e incluso en Frozen.
Para componer Antón explicaba que había tres pasos a seguir: la armonía, la melodía y la instrumentación. Los dos primeros pasos podían invertir su orden sin importancia.
La armonización consiste en escoger los acordes que acompañan a nuestra melodía. Siendo los acordes un conjunto de dos o más notas que constituyen una unidad armónica. Los acordes llevan el nombre de la nota más baja del conjunto.
El objetivo de la ponencia era exponer consejos para que futuros desarrolladores de videojuegos pudieran crear música para sus proyectos o, por ejemplo, para alguna Game Jam.
Un consejo útil que nos ofrecía Antón era utilizar notas de los acordes para realizar la melodía y apoyarse en las progresiones armónicas (conjuntos de acordes) más comunes.
Para prevenir que, como compositor, te satures de escuchar demasiadas veces la misma melodía, Antón comentaba que subir 8 octavas toda la composición no cambiará en sí la canción, pero aportaría un sonido distinto.
Con todos estos datos y junto con la ayuda del público se eligieron primero notas al azar creando así la melodía. Después, se eligieron los acordes, también al azar. Antón realizó ajustes porque por la aleatoriedad había partes que no sonaban bien. Y, por último, se añadieron los distintos instrumentos de viento y percusión acompañando al piano. Tras obtener lo que podría ser la banda sonora para un juego finalizó la ponencia.